El Globo de los Sentimientos Adriel, un niño pequeño con una gran imaginación, encontró un globo mágico en el ático de su abuela. No era un globo cualquiera, era un globo de colores cambiantes, ¡un globo de los sentimientos! Cada color representaba una emoción: rojo para la alegría, azul para la tristeza, amarillo para la felicidad y verde para la calma. Un día, Adriel decidió volar en su globo mágico. Subió al cielo con su perrita Luna, una adorable cachorra blanca como la nieve. De pronto, el globo se tiñó de rojo intenso, ¡era la alegría! Luna empezó a ladrar alegremente mientras volaban sobre un campo de flores. De repente, el globo se volvió azul oscuro, ¡la tristeza! Adriel recordó que había dejado un dibujo sin terminar. Luna, como si lo entendiera, le lamió la mano cariñosamente. Adriel se sintió mejor gracias a su fiel compañera. Más tarde, el globo brilló con un amarillo radiante, ¡la felicidad! Adriel vio un arcoíris que pintaba el cielo con mil colores y Luna corrió feliz en el aire, jugando con las nubes. A medida que el sol se ponía, el globo tomó un suave color verde, ¡la calma! Adriel y Luna disfrutaron de la paz del atardecer, viendo las estrellas empezar a brillar en el cielo. Fue un viaje increíble. Al aterrizar, Adriel entendió que los sentimientos son como los colores del globo, cambian constantemente y todos son importantes. Aprendió que está bien sentir alegría, tristeza, felicidad o calma
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