La Navidad Mágica de la Señora Claus La Señora Claus, con su delantal rojo y su sonrisa cálida como el sol de verano, estaba muy ocupada. Miles de cartas llegaban a su taller, llenas de deseos navideños. Sus ayudantes, unos traviesos duendes con gorros puntiagudos, clasificaban el correo con mucha alegría, mientras el aroma a galletas recién horneadas llenaba el aire. Este año, una carta especial llamó la atención de la Señora Claus. Era de una niña llamada Lucía, quien pedía, no un juguete, sino un abrazo gigante para su abuelita enferma. La Señora Claus, con su corazón tan grande como un oso polar, supo qué hacer. Con sus manos mágicas, la Señora Claus preparó una poción especial, hecha con miel, pétalos de rosa y estrellas de la noche. Llenó una pequeña botella de cristal y le añadió una pizca de polvo de hadas, que brillaba como la nieve recién caída. Envolvió la poción con un lazo rojo y la dejó junto a un muñeco de nieve de jengibre, para que los renos la ll evaran a Lucía. La poción olía a Navidad, a cariño y a esperanza, ¡era mágica! Cuando Lucía abrió el regalo, sintió un calor que le inundó el corazón. Aplicó unas gotitas de la poción a su abuelita, y un abrazo mágico las envolvió a las dos, lleno de amor y ternura. La abuelita de Lucía sonrió, su corazón lleno de alegría. La poción de la Señora Claus había cumplido su misión: había regalado el abrazo más grande y cálido del mundo. La Navidad se había convertido en una fiesta llena de magia y amor. ¿Qué te pareció la poción mágica?, ¿qué otros regalos mágicos podrían crear la señora Claus?, ¿cómo se sintió Lucía al recibir el regalo?, ¿qué significa el abrazo para la abuelita?, ¿qué emoción te provoca la historia? Reseña Educativa: Este cuento,
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