Planes por Navidad La familia de Juan y Elena se preparaba para una Navidad mágica. Habían planeado un viaje a la nieve, un hermoso árbol y una cena con todos sus familiares. Sin embargo, una tormenta de nieve inesperada canceló el viaje y la llegada de sus familiares. El desánimo se apoderó de Lucía y Miguel, quienes soñaban con hacer un muñeco de nieve gigante y abrir sus regalos junto a sus tíos y primos. Pero sus padres, sabios y pacientes, les recordaron que la Navidad era más que regalos y viajes. . De repente, oyeron unos golpes suaves en la puerta. Era la Abuela Emilia, la vecina anciana y solitaria que vivía en la casa al final de la calle. Llevaba una cesta con dulces tradicionales navideños y una sonrisa de agradecimiento. Los niños, encantados, compartieron los dulces con su familia y la abuela les conto historias divertidas de otras navidades. La alegría regresó a la casa, pero de una manera diferente, más cálida y especial. Elena y Juan recordaron que la Navidad era un tiempo de compartir. En el pueblo habían familias necesitadas y decidieron llevarles algunos juguetes y comida que habían preparado. Lucía y Miguel ayudaron con entusiasmo, eligiendo los juguetes que más les gustaba y empaquetándolos con amor. La nieve caía con más fuerza, pero sus corazones estaban llenos de alegría por compartir. Mientras entregaban los regalos, observaron las sonrisas de los niños necesitados, lo cual llenó de felicidad a la familia. El gesto de solidaridad les hizo ver que, a pesar de sus propios problemas, todavía tenían mucho que dar. Lucía y Miguel entendieron que la verdadera Navidad era el amor, la generosidad, y el compartir con los demás. Esa noche, reunidos alrededor del árbol, la familia disfrutaba de una cena sencilla pero llena de amor. Ya no importaba el viaje cancelado o la ausencia de sus familiares
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