Mini-Books El Conejo y el Invierno
El pequeño conejo Tito temía el invierno. Las noches se hacían más largas y frías, y los árboles se quedaban desnudos como si estuvieran tristes. Tito se acurrucaba en su madriguera, pero el frío se metía por todas partes, haciéndole temblar de miedo. Un día, mientras Tito se lamentaba de su suerte, un viejo búho llamado Bartolomeo se posó en un árbol cercano. «¡No te preocupes, Tito!», le dijo Bartolomeo con su voz grave. «El invierno puede ser frío, pero también es un tiempo mágico. Sólo tienes que aprender a verlo con otros ojos». Tito frunció el ceño, sin entender. Bartolomeo, con paciencia, le enseñó una técnica especial: la visualización. «¡Cierra los ojos, Tito, e imagina un lugar cálido y acogedor!», dijo el búho. Tito respiró hondo y se imaginó una cueva llena de luz dorada, con un fuego crepitante en la chimenea y una cama suave de hojas secas. La imagen era tan real que Tito sintió el calor en su pequeño cuerpo. Cuando abrió los ojos, el invierno seguía ahí, pero ya no le daba miedo. Ahora, Tito encontraba belleza en los copos de nieve, en el silencio de los bosques y en la magia de las noches estrelladas. Cada noche, antes de dormir, Tito se imaginaba su cueva acogedora, y el miedo se convertía en alegría. El invierno ya no era tan frío, porque en su corazón ardía un fuego cálido y brillante. ¿Qué hizo Tito para vencer su miedo? ¿Cómo le ayudó Bartolomeo? ¿Qué le enseñó al conejo? ¿Crees que Tito seguirá usando la visualización en el futuro? Este cuento es una bella metáfora para afrontar los miedos. La técnica de la visualización, tan útil para los adultos, se presenta de una manera sencilla y accesible para los niños, enseñándoles que la imaginación puede ser una herramienta poderosa para superar dificultades. El cuento fomenta la empatía con el miedo de Tito y ofrece una solución positiva a través de la amistad y la sabiduría de Bartolomeo.
Mini-libros–el-conejo-y-el-invierno.pdf
